Imagen referencial.

Jhony Lecuna voltea la mirada hacia la taquilla. Su rostro es decepcionante. «En años anteriores tú veías esto full». Ni siquiera porque los puntos de venta están lentos se forman colas en su negocio. Vendedores de fuegos artificiales en Valencia reportan hasta 80% de caída en las ventas.

Ya no es lo mismo. Raiza Colina estaba acostumbrada a comprar variedad para el niño que tiene en casa. Las más buscadas eran las ‘estrellitas’. Pero el sábado salió de la tienda con apenas dos cajas de fosforitos. Todas las ventas están bajas. En el negocio de comida donde trabajo, cruzando la calle, nos dieron dos días libres porque no iba nadie».

Lo que en el 2015 costaba Bs 10 mil ahora aumentó         a 40 mil

Lo que antes Leo Pérez compraba con 10 mil bolívares, este año le costó 40 mil bolívares. Llevaba varias cajas de fosforitos y ‘bombeadores’, unos cilindros que colores cuando se les agita. Mientras los acomodaba en su bolso, comentó que en su barrio luchan por no perder la tradición, un término que comparte Colina. «Lo hacemos para no perder la costumbre», dijo la mujer.

Hay quienes todavía se dan el lujo de gastar mucho. Una vendedora en el negocio de Lecuna dijo que ha pasado dos veces este mes. Dos clientes llegaron y gastaron más de un millón de bolívares en mercancía. Algo que antes era común, pero que la depresión económica lo impide. Lo más caro que este año se exhibe son las tortas, que cuestan 55 mil bolívares.

Seguridad

Lo que quizá sea positivo, en medio de la crisis, es que en 2016 se reducen las probabilidades de quemaduras por fuegos artificiales. Las recomendaciones son las mismas que todos los años: supervisar a los niños mientras juegan, hacerlo en espacios abiertos y que solo adultos activen los que son más riesgosos.

José Sposito, primer comandante del Cuerpo de Bomberos de Carabobo, recomienda que lo mejor es no utilizar los fuegos artificiales. Si se hace, entonces debe estar a cargo un adulto. Es importante apartarse de hogares y estacionamientos. Alertó que las lesiones por accidentes pueden ser trágicas, incluyendo la pérdida de miembros y quemaduras severas.

Usuarios como Colina y Pérez dicen estar conscientes del peligro de la pirotecnia, por eso solo dejan que los niños manipulen los menos riesgosos, como las cebollitas. «Nunca he tenido problemas y espero que este año tampoco», confesó la mujer.




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