Segunda parte

«No trates de ser perfecto o perfecta para
una persona, mejor espera a que llegue alguien que ame tus imperfecciones…»

Anónimo

   La semana
pasada inicié la primera parte de un artículo centrado en hacer ver las
consecuencias que tiene el ser orgulloso, contigo mismo, con los que te rodean
y, en definitiva, con la vida. Hoy espero culminarlo con una serie de
recomendaciones para cambiar la óptica, ser diferente, y garantizar con ello
mejores dividendos y relaciones con los demás.

   Las personas
orgullosas, son conscientes de su manipulación con ellos mismos y con los
demás. No víctimas de sus actos, están claras de sus fechorías. Partiendo de
ello, les será más fácil entender los siguientes siete principios, para hacer
más fácil la vida de ellos mismos y la de los que les rodean…

  “La
soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de dónde subió…”
Francisco
De Quevedo

  

  Principio Uno. Deja de herirte tanto, pues simplemente nadie se lo merece.

   Deja de
tomarte tan enserio las cosas que te afectan. Busca entender el porqué de
ellas. Encontrarás mayor felicidad cuando aprendas a aceptar las cosas que en
algún momento te hicieron infeliz. Deja fluir la vida y encontrarás puertas
donde menos te lo esperas. Dejar ir, no significa darse por vencido, sino
aceptar que hay cosas que no pueden ser. Ocurren acontecimientos que es mejor
dejarlos ir, lo más rápido posible, sin entrar en tantos detalles que no lo
solucionarán en nada.

 

Principio Dos. Busca lo que te haga feliz.

   Lo que pasó,
pasó. Ya tendremos en algún momento oportunidad para pedirle explicaciones al
gran creador. Pero hoy puedes comenzar una nueva vida, un proyecto nuevo.

   La vida es
siempre hoy, por ello lo que pasó, pasa a una cuenta de incobrables. Hay que
hacer conciencia de ello, pues cualquiera puede tener un pasado doloroso, lo
que implica que puede justificarse para convertirte en el ser más desgraciado y
merecedor de ello; o humilde en aceptar lo que sucedió y transformarlo en una
fuente de superación e inspiración, para un futuro mejorable.

   

Principio Tres. Todos somos nuestra mejor
versión y prueba de superación.

   Mientras
estés vivo o viva, y tengas el milagro de la salud, tendrás toda la opción de
auto corregirte o auto destruirte. Si escoges la primera, ya eres prueba de la
mejor versión de ti mismo, pues mira hacia atrás como has superado obstáculos,
como le has pasado por encima a hechos que no son nada honorables a tu propia
vida, como has buscado la manera de salir adelante, triunfante, con aspiración
y la satisfactoria verdad de cómo lo has logrado hasta ahora. Es un sello de
garantía que siempre servirá para demostrarte a ti mismo, que siempre podrás
materializar lo que te propongas, en cualquier momento de tu vida.

  

Principio Cuatro. Pregúntate, todo el tiempo,
si lo que haces ahora, te proyecta al lugar dónde deseas estar algún día
.

   Siempre ten
presente, si lo que haces te proyecta o te hunde, si lo que piensas te eleva o
destruye, si lo que atraes te llena o te vacía, si a lo que te expones te
beneficia o perjudica y a lo que anhelas inspira o es basura. La vida es una
matemática, donde los decimales no existen, solo cuenta lo que haces, no lo que
deseas, solo suma lo que te atreves y no esquivas, solo resta lo que evitas y
no complicas, solo multiplica lo que arriesgas y no lo que dejas para algún
día.

 

  Principio Cinco. La autocompadecencia no
cuenta en la vida
.

   Dejemos de
ser nuestro propio mártir. Desterremos los fantasmas que incomodan nuestra
vida, y que justifican muchos de los pensamientos que atormentan la posibilidad
de un día mejor, de un porvenir merecido.

   No hay nada
más agradable que probarte a ti mismo, a ti misma, para saber lo que realmente
tienes por dentro. Con justificarte en el pasado, no se logra pasaporte para un
mejor futuro.

  

Principio Seis. Nunca hables del poco amor.

   Dime como te
amas a ti mismo, a ti misma. Dime que das, y dejarás de hablar de lo que te dan
o no. Una vez alguien pidió cinco deseos, y esto fue lo que le concedieron:
“Una mente abierta para comprender; un corazón dispuesto a perdonar; unas manos
extendidas para ayudar; un espíritu noble para agradecer y un alma sin
restricciones para amar”.

   Alguien dijo
una vez: “Mi corazón es perfecto porque tú estás dentro de él”.

  

Principio Siete. Si buscas razones para
sentirte ofendido, disminuido o rechazado, seguramente las encontrarás
.

   Sentir
cualquier tipo de sentimiento negativo cumplirá con su misión, hacerte añicos,
reducirte a la mínima expresión del átomo, hacerte sentir como una estrella en
el universo. Un solo fósforo es capaz de destruir mil bosques, sólo si alguien
lo enciende.

   Busca y
rebusca tus mejores fortalezas. No te embriagues con ellas, pero posiciónalas
como un talismán que te llenará de fuerza, cada vez que encuentres una
oportunidad para disminuirte. Todos tenemos derecho a disminuirnos, pero el
constante deber de crecernos cada vez que dudes de ti mismo.

   Pon en
práctica estos siete principios, y de orgulloso, seguro pasarás a ser el
orgullo de muchos…

  

  

 




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