Advertencia en tiempos de bonanza

Del 2007 al 2013 la Liga Venezolana de Béisbol Profesional vivió una etapa de bonanza. Las cifras de asistencia a los estadios al final de cada temporada arrojaban un incremento sostenido, con récords año tras año. La Serie del Caribe encontró su nicho de supervivencia en Margarita y José Grasso Vecchio, desde la presidencia de la LVBP, fue testigo presencial e influyente de aquellos éxitos que lucen lejanos.

Hoy el panorama es gris. La disminución de público en las últimas zafras no parece tener un porvenir distinto para la 2017-2018, Barquisimeto perdió la oportunidad de ser sede del “Clásico Caribeño” pautado para el venidero mes de febrero, debido a la inestabilidad política, social y económica, a lo que se le agrega la cada vez menos frecuente presencia de grandeligas de renombre.

Grasso Vecchio, quien fue máximo responsable de la liga en tres períodos consecutivos, recordó las advertencias que dio en su momento a los directivos de los diversos equipos para crear planes de contingencia que evitasen el decaimiento del espectáculo y sobre todo, le dieran prioridad al fanático. “Estuve planteando reflexiones a los equipos en materia de gerencia y mercadeo, porque había que adaptarse a los nuevos tiempos. Les alerté para que hicieran correctivos y mejoras.”

El exdirectivo se refirió a la necesidad de hacer lobby entre todas las instituciones de la LVBP y la Confederación del Caribe, con Major League Baseball, para facilitar los permisos de peloteros consolidados y prospectos de alto concepto en las organizaciones. “La Confederación es un ente que duerme en el pasado, que necesita modernizarse“. Es la única vía con la que se puede realzar el béisbol de la región con su serie emblemática como bandera y deje de ser un torneo “moribundo” que solo tiene éxito en México.

Medidas agresivas. Eso es lo que falta, según Grasso Vecchio, para afrontar el tema de la ausencia de público en los estadios. “La prioridad de toda empresa de servicio debe ser colocar al aficionado de primero”. Si a la problemática de costos elevados se le suma la inseguridad, se deben buscar maneras de contrarrestar las situaciones. Una de ellas es iniciar los juegos a un horario más temprano, pues el recorte de media hora que se hizo en la última zafra lo considera insuficiente.

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¿A DÓNDE VAN LOS DÓLARES?

El Gobierno Nacional aprobó nueve millones 950 mil dólares para el desarrollo de la próxima temporada. Durante la época de Grasso Vecchio al mando de la liga, la cifra rondaba un poco menos de la mitad. La LVBP utiliza una parte del monto para la adquisición de pelotas, contratación de árbitros extranjeros, exámenes antidoping y gastos operativos en las distintas reuniones anuales con MLB y la Confederación del Caribe.

En lo deportivo las divisas son otorgadas de forma equitativa a cada uno de los ocho equipos hasta el 31 de diciembre. Culminada la ronda regular se distribuye de nuevo a las organizaciones clasificadas a la postemporada hasta llegar a la fase final, donde el campeón recibe el resto del presupuesto para su participación en la Serie del Caribe. Los clubes disponen de los dólares para la contratación de peloteros importados, material deportivo e insumos médicos.

Este año se generó una polémica con el otorgamiento de la moneda preferencial al béisbol, a pesar de la difícil situación económica, la cual acarreó una altísima inflación, escasez de alimentos y medicamentos, por mencionar algunas vicisitudes. Grasso Vecchio tiene su opinión firme e irrevocable: A siete de cada 10 personas les gusta este deporte, por lo que resulta extremista privar al venezolano de su pasatiempo nacional. Eso significaría politizar la actividad, lo que sería un grave error.

CASO WILSON RAMOS

El 9 de noviembre de 2011 un hecho paralizó el mundo de la pelota. El grandeliga Wilson Ramos fue secuestrado en el sector Santa Inés de Valencia, durante una visita a casa de sus padres. Fue rescatado dos días después, luego de un intenso despliegue policial. La liga venezolana organizó oraciones colectivas en los estadios, así como el uso de franelas alusivas a la liberación del para ese entonces pelotero de los Twins de Minnesota.

Ante la interrogante de si este mediático episodio pudo haber influido en la disminución progresiva de grandeligas en Venezuela, el expresidente responde: ”El caso Ramos fue un hecho aislado en el béisbol, si tomamos en cuenta que hay alrededor de 50 jugadores por equipo cada año. Cada conjunto cuenta con personal de seguridad capacitado para el resguardo de sus miembros. El beisbolista está más seguro con los clubes que por su propia cuenta”.

Recuperar el ambiente festivo que siempre caracterizó al béisbol nacional en sus parques no es una tarea sencilla. Para empezar, no depende por completo de la liga y sus participantes, sino de un cúmulo de razones extradeportivas de amplia gama. Pero ¿podemos hacer algo? Grasso Vecchio tiene la respuesta de economista:“Sí, hay que ponerse a trabajar duro en eso”.

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