0101En los años ochenta, cuando el grupo musical cristiano Somos Iguales, comenzó a ser parte de mi vida, conocí a una familia talentosísima, los Otaiza. Al grupo había entrado Claudio y, en poco tiempo, también lo acompañaron su hermanita Mónica, y su prima Olivia.

La llegada de Claudio al grupo me alegró muchísimo. Lo había conocido gracias a otro amigo músico, el maestro Edgar Lizardo. Me había hablado de un talentoso alumno que había tenido en el Liceo Pedro Gual, que resultó ser él, con quien después siguió teniendo amistad, al punto de llevarme una serenata en la que pude corroborar lo bien que cantaba el muchacho. Y Claudio nos dio una sorpresa cuando fue escogido por la organización Up With People, (Viva la Gente), para cantar con ellos por el mundo.

Por cierto que, una de las veces que Viva la Gente se presentó en Valencia, en el Estadio José Bernardo Pérez, fui con mi familia a verlo, sin tener la seguridad de que Claudio estuviera, porque este no era un grupo musical convencional, era como dije anteriormente, una organización que manejaba varios grupos de unos veinte jóvenes de diferentes países, con edades comprendidas entre los dieciocho y los veintinueve años, pero cantaban las mismas canciones y las coreografías eran siempre similares.

Y sí estaba Claudio. Esa noche, en plena presentación, que ya venía preciosa, se quedó todo a oscuras. Simularon que se había ido la luz, pero no se había ido, porque se escuchaba la voz del solista, y reconocí que era la de Claudio Otaiza. Se le acercó entonces a un niño del público y le pidió que cantaran juntos para que volviera la energía. Así, Claudio comenzó a cantar y el niñito lo siguió, con una voz bellísima y hasta mantuvo la melodía cuando el coro los acompaño con armonías. Cantaron: Una fuente de energía la gente siempre lo será… El público se sumó cantando y las luces volvieron, emocionándose toda la audiencia. A los días me enteré de que el niñito cantante era Pedrito Otaiza, el hermanito menor de Claudio.

Tenían otros dos hermanos, César y Marco, pero de ellos, César, también músico, era el que acompañaba a Mónica, Olivia y Claudio a los ensayos de Somos Iguales, hasta que también entró a formar parte de esa gran familia que hoy, todavía lo sigue siendo, aunque ya no cantemos juntos.

Ya los Otaiza están todos casados y muchos de ellos, hacen vida en el exilio, siempre cantando. Los hermanos Otaiza, menos César, viven en Estados Unidos y Olivia en Portugal. César está casado con María Candelaria Rodríguez, una eminente educadora, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación y tuvieron una niña hermosa, María Gabriela, mezcla perfecta de los dos, que decidió tener la profesión de sus dos padres, licenciada en educación, como su madre, pero en la especialidad de música, porque es músico como su padre.

Con una voz sublime, María Gabriela formó un dúo con José Daniel Miraz, al que llamaron «Ganiel» en ingeniosa fusión de sus nombres. Su repertorio incluye joyas como «Tan cerca tan lejos», «Llévame», «Última noche”, y «Cántame», entre otras, que hemos disfrutado a través de las redes y que indudablemente son hermosas.

Con el tiempo, María Gabriela decidió aventurarse en solitario bajo el nombre de «Briella.» Su estilo musical evolucionó, acercándose cada vez más al género urbano que tanto gusta.

Lo verdaderamente asombroso de Briella es que, con la colaboración de José Daniel Miraz y su propio talento, no solo compone sus canciones, sino que también se encarga de los arreglos, las mezclas y la producción de sus videos. Un ejemplo destacado es «Solo tú,» que ha alcanzado más de ocho millones de reproducciones en Spotify, y del resto de sus canciones, la menos escuchada, acumula tres millones y medio de vistas.

En octubre pasado, Spotify reconoció el excepcional trabajo de esta artista valenciana y la nombró Embajadora EQUAL del mes, un programa a nivel global impulsado por Spotify que promueve la igualdad de género en la industria musical, respaldando y destacando el talento de artistas femeninas en su plataforma y en todo el mundo. Actualmente, este programa incluye una variada gama de listas de reproducción que abarca más de 50 países.

Es destacable que Briella sea una artista integral, forjando su propio camino en la música. Es un logro extraordinario que su imagen haya sido proyectada en el Time Square de Nueva York, algo que muchos artistas anhelan. No podríamos esperar menos de una Otaiza, donde el amor por la música fluye en las venas. Felicitaciones a Briella y a todos los Otaiza, sin importar dónde se encuentren.

anamariacorrea@gmail.com




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.