Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
Annet Cabrera y Carlos Pérez no se conocen. Uno no sabe el nombre del otro. No viven en la misma zona, ni comparten gustos en restaurantes o en el cine. Ella tiene 20 años y él más de 60. Pero se ven las caras y se reconocen. Se sonríen, saludan y se apoyan si alguno lo necesita. Ambos coinciden en las concentraciones, movilizaciones y cualquier actividad de protesta que se desarrolle en Carabobo en contra del Gobierno. Los dos luchan por lo mismo. La mañana de este miércoles se volvieron a ver marchando por la avenida Bolívar norte de Valencia bajo la lluvia y con la expectativa de la habitual represión, que esta vez se ausentó.
A las 11:00 a.m., como estaba pautado, sociedad civil y dirigentes políticos se comenzaron a concentrar. Pitos, pancartas, banderas y gorras eran sus únicas armas. A eso le sumaron argumentos que han reforzado con el pasar de los días y las decisiones que se toman desde el Ejecutivo. “Salimos con miedo pero hay que salir. El temor es un sentimiento que te incentiva a hacer lo que se debe”, expresó Annet.
La lluvia no importó, se agradeció. Así caminaron 1,2 kilómetros desde la calle 137 de Prebo con avenida Bolívar, hasta la Rojas Queipo. Las consignas se gritaban con euforia: “¿Quienes somos? Venezuela, ¿Qué queremos? Libertad”. Algunos sostenían un gran peine rojo para dejar claro que no caerán en uno como ese con la Asamblea Nacional Constituyente.
Solo pudieron estar a dos cuadras de la Oficina Regional Electoral (ORE). Un fuerte piquete de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) con el refuerzo de la Guardia Nacional (GNB) y la Policía de Carabobo lo impidió. Se ayudaron con la colocación de barricadas de hierro con alambre de púa, un obstáculo novedoso.
Los manifestantes, en su mayoría estudiantes universitarios, pidieron a los uniformados que guardaran sus armas. “Nosotros venimos en paz, déjennos protestar”. Los funcionarios pidieron que organizaran una comisión para la consignación del documento que se disponían a entregar. Así fue. Algunos dirigentes políticos como Enzo Scarano y Rubén Limas, junto a 10 universitarios, pudieron pasar el piquete.
Les sellaron y firmaron como recibido el oficio. Al salir fueron sorprendidos por funcionarios de la GNB y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), quienes fueron directamente a buscar a José Gregorio Briceño, dirigente estudiantil de la Universidad de Carabobo. Hubo forcejeo. Quienes lo acompañaban intentaron evitar que se lo llevaran. La justificación de los uniformados fue que el joven tiene orden de captura, pero nunca la mostraron. Se lo llevaron en un carro particular. Se desconoce su paradero.
Lo siguiente fue confusión. Sus compañeros, amigos, y dirigentes políticos solo podían repudiar la acción. “A José Gregorio Briceño lo secuestraron. No sabemos dónde está ni por qué lo detuvieron. Él es un muchacho luchador, estudiante de derecho que estaba aquí como cualquiera de nosotros. No descansaremos hasta que lo liberen”, expresó a través de los altavoces Albanys Colmenares, dirigente estudiantil de la UC.
La manifestación se mantuvo en el lugar por más de dos horas. No hubo represión. Solo un profundo clima de tensión que no se había vivido en otra manifestación. Carlos Pérez, el señor de más de 60 años, no sabía cómo describir la situación. “Yo, de cinco protestas que se hacen a la semana participo al menos en tres. Y es la primera vez que siento tanta incertidumbre”. Poco a poco todos se retiraron. Se fueron a reencontrar con el miedo. “Todos tenemos temor. Nadie quiere salir malherido de aquí, pero el miedo lo dejamos en la casa”. Annet y el señor Carlos seguro se volverán a reencontrar