Carabobo fue cuna de la independencia, las viviendas del casco histórico de Valencia fueron testigos del nacimiento de Venezuela como nación. Muchas de ellas siguen ahí, recordando lo que fueron con sus matices arquitectónicos tan particulares, paredes y suelos sobre los que hay relatos que parecen gritar para que no sean olvidados, ya que dentro de estas viviendas ocurrieron muchos sucesos claves que cambiaron la dirección del país.

Es imposible pasar por la calle Soublette y no detener la mirada en la imponente Casa de la Estrella que, según el cronista Francisco Cariello, es la más relevante de las que aún se mantienen en pie, ya que en ella, el 6 de mayo de 1830, se inició un congreso constituyente que marcó el rumbo de la historia.

La estructura de 359 años, que originalmente fue la sede de un hospital colonial, recibió a 33 de los 48 diputados electos para la época. Durante varios meses en los salones de la Casa de la Estrella se discutió la separación del país con el gobierno central de la Gran Colombia.

Tras varias sesiones con representantes de las provincias nacionales, en Valencia se tomó la decisión de separar a Venezuela de la Gran Colombia para asentar las bases de un nuevo Estado y se creó una nueva constitución, que fue aprobada el mismo año.

La estructura de la época colonial además de albergar dos congresos, fue la sede del Colegio Nacional de Carabobo y el espacio donde se realizaron las primeras prácticas quirúrgicas en Valencia. Se declaró monumento nacional en 1979 y es hoy la sede del Centro de Historia del estado.

Casa Páez

Casa Páez. Foto: Patricia Ochoa

Cariello comentó que a principios de 1822 el General José Antonio Páez adquirió la casa. Tras la Batalla de Carabobo Páez fue recibido en Valencia como un héroe, contrató a ebanistas y se decantó por tener una morada familiar en la ciudad. 

Dos casonas en ruinas se reedificaron desde 1822 hasta 1829, en nueve murales diseñados por el artista plástico Pedro Castillo. La Casa Páez tiene la mayor cantidad de metros cuadrados en pinturas sobre paredes de toda la nación. Rodeado de imágenes de guerra Páez se convirtió en un compositor, influenciado por su pareja sentimental Barbarita Nieves.

La casa se transformó en el primer Palacio Presidencial de Venezuela cuándo Páez  ocupó el cargo. Cariello explicó que después de la lucha entre el general José Tadeo Monagas y Páez, la vivienda fue traspasada y protegida por el coronel Guillermo Smith. Unos años después la familia Smith Vera le devolvió el título de propiedad a los descendientes de Páez y estos la hipotecaron a la familia Arroyal.

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En 1908 el presidente del estado Carabobo, Samuel Niño, adquirió la casa para convertirla en sede del museo y biblioteca del estado. Aunque fue un centro cultural entre 1921 y 1929 como museo de arte, de 1929 hasta 1934 el espacio se desmanteló y se instaló una sede de la policía que albergó muchos presos políticos de Juan Vicente Gómez

Alojó en 1936 la escuela de Bellas Artes. También funcionó la escuela de ciencias políticas Miguel José Sanz, otras instituciones y sociedades. Entre 1955 y 1958 fue la sede del circunscrito militar del ejército. En 1960 la gobernación del estado estableció la sede de la Sociedad Bolivariana de Venezuela en la casa.

Casa de los Celis

Casa de los Celis. Foto: Patricia Ochoa

La Casa de los Celis es el único ejemplo de arte mudéjar en el país. La joya arquitectónica que se empezó a construir en 1760, gracias al abuelo del prócer Miguel Peña, después de la Batalla de Carabobo en 1821 se convirtió en un hospital transitorio de campaña para los heridos del enfrentamiento. Dentro de ella se veló a los próceres Manuel Cedeño y Ambrosio Plaza.

La compró el Estado debido a que su dueño, Ramón Ibarrolaburu y Añorga era realista. Se dio como haber militar al hermano del general Pedro Briceño Mendéz hasta que en 1839 la adquirió el coronel Pedro Celis, dando inició a la Saga de los Celis.

Cariello relató que en la casa se dieron muchas tertulias culturales de la Valencia colonial. Se dividió en dos partes por sucesión y la compró el Estado en 1955 para unificarla y convertirla en monumento histórico nacional.

Desde 1971 funciona como el Museo de Antropología e Historia de Valencia. Alberga en sus pasillos una colección de arte indígena precolombino (comunidades que hacían vida alrededor del Lago de Valencia) y la Fundación Lisandro Alvarado.

Casa natal de José Rafael Pocaterra

Casa natal de José Rafael Pocaterra. Foto: Patricia Ochoa

Construida en 1860 y considerada republicana, la Casa natal de José Rafael Pocaterra se erigió en el centro gracias al hacendado Nicolás Medina Fernández. Entre sus dueños destaca el general Jacinto López Gutiérrez, el terrateniente José María Padrón y la familia Pocaterra MacPherson.

En el ático de la casa nació el periodista y cuentista José Rafael Pocaterra. Desde 1860 hasta 1949 fue un espacio familiar, de 1950 a 1998 funcionaron múltiples institutos educativos de Valencia.

Cariello detalló que cayó en abandono hasta que en 2013 se inauguró como la sede de la Fundación para la Cultura (Fundacultura) y en 2019 finalmente se convirtió en la casa museo dedicada al escritor José Rafael Pocaterra.

Casa Hernández de Monagas

Casa Hernández de Monagas. Foto: Patricia Ochoa

El «casólogo» aclaró que aunque no se sabe con exactitud la fecha en la que fue construida la Casa Hernández de Monagas, la obra que data del siglo XVIII goza de una importancia especial por sus dueños: la familia Hernández de Monagas.

Los hermanos y sacerdotes, Carlos y Juan Hernández de Monagas, fundaron el primer centro de enseñanza femenino regido por la congregación de las Carmelitas Descalzas.

En 1874, luego de que el presidente Antonio Guzmán Blanco decidiera expropiar los conventos, en la Casa Hernández de Monagas, funcionó el Colegio Nacional de Niñas en orden civil. Desde 1912 hasta 1966 operó la escuela nacional Fernando Peñalver. En la actualidad alberga a la escuela de teatro Ramón Zapata.

Centro de Artes vivas Alexis Mujica 

Casa Alexis Viva Mujica. Foto: Patricia Ochoa

El Centro de Artes vivas Alexis Mujica se construyó sobre espacios que pertenecían al antiguo cementerio colonial, contiguo a la basílica catedral de Valencia en 1872.

Cariello destacó que en la tradición legal e histórica de la casa han estado familias de ascendencia francesa. Se vendió al club social Centro de Amigos, considerado el primero de Valencia, que abrió desde 1923 hasta mediados de los ochenta.

Luego de años de abandono se restauró e instaló el Museo Arturo Michelena. Ahora es un centro cultural, donde se exponen obras de artistas plásticos.

Casa Natal de Antonio Herrera Toro

Casa Natal de Antonio Herrera Toro. Foto: Patricia Ochoa

El lugar de nacimiento del pintor clásico valenciano, Antonio Herrera Toro, aún se mantiene en pie. La Casa Natal de Antonio Herrera Toro, tras ser la residencia del autor del plafón artístico del Teatro Municipal de Valencia y de la pintura Los Últimos Momentos del Libertador se convirtió en la morada de múltiples familias una vez dejó la ciudad.

Cariello contó que la familia de Don Pablo Espinal fue una de las últimas en habitar la casa. Espinal se convirtió en una figura reconocida por fundar la Casa ABC, un famoso establecimiento comercial.

Centro Cultural Nelson Mandela

Centro Cultural Nelson Mandela. Foto: Patricia Ochoa

Aunque se construyó para que fuese el hogar de la familia Peña Uslar en 1860, en lo que es hoy el Centro Cultural Nelson Mandela vivió el político, historiador y periodista Francisco González Guinán.

En 1908 el hogar de González Guinán se transformó en la casa de los gobernadores. Hasta 1935 alojó a las familias de los distintos presidentes de estado (como se le conocía a los gobernadores) durante la época gomecista.

Tras la muerte del general Juan Vicente Gómez, fue saqueada y abandonada. En 1958 se instaló la sede de bienestar estudiantil de la Universidad de Carabobo (UC), hasta mediados de los noventa. También funcionó como dependencia del Departamento de Criminalística de la UC.

Casa Salumería IL Contadino

Arco en la casa de la Salumeria Contadino. Foto: Patricia Ochoa

Construida en 1872, la Casa Salumería IL Contadino fue el hogar de Radigundis García Sorondo, la mejor amiga de Teresa Carreño, quién visitó Valencia solo una vez para realizar dos conciertos, en 1885, en el antiguo teatro de la ciudad. Carreño y su esposo Giovanni Tagliapietra asistieron a un banquete en su honor en la vivienda.

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Cuando una dama valenciana necesitaba una joya, acudía a lo que hoy es la Casa Salumería IL Contadino. De acuerdo con Cariello, se convirtió en un icono comercial gracias al migrante belga Camilo Rubens, quien fundó la joyería y relojería «Rubí», la segunda de mayor relevancia en la ciudad durante la primera mitad del siglo XX.

Con el paso de los años la casa fue sede de institutos educativos de la región, como Lisandro Ramírez, Clorinda Azcunes y Cruz Vitale, en su sección de primaria, hasta que cayó en abandono. La recuperó un grupo privado y se convirtió en un referente gastronómico, donde se realizan ponencias de historiadores valencianos.

¿Está en peligro el patrimonio arquitectónico?

Luis Maldonado. Foto: Patricia Ochoa

El arquitecto especializado en restauración y conservación, Luis Maldonado, atestigua que las diversas fachadas y estilos de las casas del centro reflejan la evolución de la arquitectura colonial, marcada por el arte barroco, las influencias francesas traídas por el expresidente Antonio Guzmán Blanco, y la modernización con el levantamiento de edificios.

El especialista puntualizó que en el casco histórico de la ciudad hay mil 600 casas de valor patrimonial, que a pesar de su relevancia histórica y arquitectónica han sufrido el paso del tiempo entre poco o nulo mantenimiento. «El valor particular es que son viviendas de esquema colonial, es la casa que esta rodeando uno, dos o tres patios».

Maldonado advirtió que es preocupante la situación actual, ya que las viviendas han sido abandonadas o no cumplen con el tratamiento preventivo necesario ante la época de lluvia. “También son vandalizadas. Hay gente que se dedica a entrar a las casas a saquearlas”.

«Una de las principales causas de deterioro es cuando empiezas a quitar la cubierta de tejas y la estructura de madera de la techumbre de la vivienda. Debido a que las casas están hechas de tierra cruda, que es barro secado al sol, el gran enemigo desde el punto de vista de la conservación es la humedad», advirtió.

Instó a que los propietarios resguarden mejor las estructuras y también a que las instituciones gubernamentales encargadas de la preservación de las casas del centro creen planes de conservación, como una forma de no dejar morir las historias que están detrás de cada una de esas fachadas en las que los designios del país se sellaron.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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