Tristeza, desánimo y añoranza son los sentimientos que se reflejan en los rostros de las 59 personas de origen colombiano que se encuentran detenidas en el comando de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en La Yaguara, desde hace 28 meses y que albergan cada día la esperanza de obtener la libertad y reencontrarse con sus familiares.

 

Sin baño ni espacio para asearse correctamente, los hombres retenidos deben realizar sus necesidades fisiológicas en recipientes plásticos ante la falta de inodoros y urinarios, lo que ha provocado severas enfermedades, también carecen de atención médica y del servicio básico de alimentación por parte del cuerpo policial.

Los reos solo reciben una porción de comida diaria de entre 200 y 250 gramos, a las 3:00 pm, por lo que piden a sus familiares y amigos que les lleven alimentos para cocinar en una cocina eléctrica y así poder comer un poco mejor.

“La situación de la comida ha sido fuerte. La alimentación aquí es mala, hacemos una sola comida y no es lo adecuado para el ser humano. Gracias a los familiares que nos han traído comida y nos han prestado el apoyo es que hemos podido abastecernos un poco mejor”, dijo Jesús Terán,  preso colombiano de 27 años de edad, fue capturado el 2 de septiembre de 2016 en Petare durante un “proceso de rutina” en el que no poseía documentación alguna.

Tras ser detenido a Terán lo llevaron a la sede de la PNB en Maripérez bajo el concepto que sería deportado hacia Colombia. Sin embargo, después de haberlo trasladado al estado Táchira, lo devolvieron al comando de La Yaguara, en Caracas, y dos años después le imputaron los cargos de terrorismo, asociación para delinquir y falsa documentación.

Terán expresó que ha sido una situación muy dolorosa y complicada porque nunca pensó que todos pasarían dos años encerrados allí, tiempo en el que no solo han sufrido ellos, sino también sus familiares.

En agosto de 2016, 92 personas de nacionalidad colombiana fueron detenidas y llevadas a una sede policial en Maripérez, para luego enviarlas al comando de la PNB de La Yaguara, donde actualmente quedan 59. Desde entonces, 22 se han escapado, 7 han sido retiradas por enfermedades graves y 4 recibieron medidas por condiciones humanitarias.

Diego Artunduaga, otro de los privados de libertad, explicó que fue detenido el 28 de agosto de 2016 en Petare, cuando salía de la estación del Metro de Caracas. “Los funcionarios me detuvieron para pedirme documentación y tenía el pasaporte vencido, pero me informaron que era un ‘procedimiento de rutina’, que sería media hora. Hasta ahora se ha convertido en un proceso de 28 meses”.

Lee el trabajo completo en: El Nacional




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