Mucha carne y poca fibra, combinación riesgosa para el colon

Ana Isabel Laguna || [email protected]

El estrés y ajetreo cotidiano han conllevado cambios en la alimentación que acarrean consecuencias en la salud. En el Día Mundial contra el Cáncer Colorrectal, es importante recordar el papel que juega la buena alimentación en cada individuo. Un total de 40% de los pacientes con esta enfermedad se diagnostican en estadio temprano y 19% en etapa metastásica.

Esta enfermedad es provocada por la aparición de tumores malignos en el tracto gastrointestinal. Suele aparecer en hombres de raza negra y mayores de 65 años de edad, revela la doctora María Angelina Pérez, médico oncólogo de la Clínica Noreste- Unidad Oncológica Venezuela, Caracas.

Flatulencia, inflamación abdominal, presencia de sangre en las heces, cuadros alternos de diarrea con estreñimiento, pérdida de peso y anemia, son algunos de los síntomas específicos que pueden indicar la presencia de esta patología.

Aunque no existe una manera segura de prevenir este mal, en los últimos años se han realizado estudios para determinar los factores predisponentes. Y uno de los más importantes es la dieta: con un alto contenido de frutas, verduras y granos integrales y bajo contenido de carnes rojas y procesadas.

La nutricionista clínico, María Belén Velasco, insiste que las carnes rojas producen en el intestino sustancias que dañan al ADN, debido a que durante el proceso de cocción se pueden crear compuestos químicos cancerígenos como los hidrocarburos aromáticos policíclico y por lo tanto conducir al cáncer.

Un régimen alimenticio poco balanceado, alto en grasa y pobre en fibra, provoca el retraso del tránsito intestinal y favorece el contacto de toxinas con las paredes intestinales, por lo que incrementan las posibilidades de que se origine cáncer de colon y recto, dijo la doctora Velasco.

Los alimentos más indicados para mantener el colon saludable son los vegetales y las frutas frescas por su aporte de fibra, debido a que este elemento ejerce un papel protector frente al cáncer de colon y recto ya que emplea varios mecanismos como: disminución y absorción de sustancias en el colon que pueden tener efecto cancerígeno, reducción en el tiempo de tránsito intestinal y modificación de la composición de la flora intestinal evitando el crecimiento bacteriano que degradan los ácidos biliares en compuestos cancerígenos, expresó la nutricionista.

Hacia un diagnóstico temprano

Existen varias opciones diferentes de pruebas de detección. Se recomienda que todo paciente mayor de 50 años se realice una colonoscopia, al menos cada 10 años. Las personas con un mayor riesgo, como aquellas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal, pacientes de raza negra y con historia de poliposis, podrían beneficiarse de iniciar las pruebas de detección a una edad más temprana. Con respecto a los estudios de rutina está la determinación de sangre oculta en heces, algo sencillo y no invasivo, señaló la doctora María Angelina Pérez.

La mortalidad ha disminuido posiblemente por mejores técnicas diagnósticas como la realización de screening, método aplicado para detectar una enfermedad en individuos sin síntomas de tal enfermedad  y nuevas modalidades de tratamiento más efectivas. En la actualidad para pacientes que recaen en algún momento o padecen de entrada enfermedad metastásica, el conocimiento de la biología molecular permite conocer blancos terapéuticos y por ende utilizar medicamentos específicos para estos blancos, los cuales en conjunto con la quimioterapia han permitido prolongar cada vez más la supervivencia de los pacientes con una excelente calidad de vida, reiteró la especialista.

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