Las personas que no se resignan a hacer las colas para adquirir productos a precio regulado, no la tienen fácil a la hora que llegan a los supermercados, porque en algunos de estos establecimientos hasta les impiden la entrada. Otros simplemente no han implementado mecanismos idóneos para atender ese tipo de clientela.

 En Abastos Bicentenario, por ejemplo, si una persona va a comprar algún producto que necesite pero que no está regulado, se encontrara con un efectivo de la GN o de la PNB que le dice “Véngase en la tardecita, para ver si puede entrar, pero ahora no”. 

  En una cadena de supermercados con locales en la avenida Bolívar y en el centro comercial Patio Trigal, no hay problemas porque se disponen de 4 cajas para pagar los productos regulados y por lo menos 8 para el resto.

 En otra cadena de supermercados, también en la avenida Bolívar, quienes no buscan productos regulados tienen que esperar un buen tiempo para poder pagar, porque sólo disponen de dos cajas para hacerlo. 

  “Yo entiendo que quieran salir de la cola, pero uno también tiene derecho a pagar rápido para irse a su casa”, comentó una dama un tanto molesta por la espera. (BR)




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