En una suntuosa festividad consagrada al Corazón de Jesús se ha exhibido en el Coro de la Iglesia Matriz de la ciudad de Valencia, una sociedad musical de señoritas valencianas, cuyo suceso ha llamado naturalmente la atención y merecido con justicia muy sinceros aplausos. Así por el delicado espíritu que ha informado la creación del nuevo civilizador instituto, como por la habilidad y talento que han mostrado las personas que lo componen.
De esta manera comienza el Cojo Ilustrado, el artículo que le dedica a “El Bello Sexo Artístico”, Sociedad Musical de Valencia, de fecha 15 de septiembre de 1893, Nº 42, año II.
El Bello Sexo Artístico nació por iniciativa de Epaminondas López Pulicani, una tarde de 1891 en casa del maestro Soler, en que varias señoritas fueron a presenciar el ensayo de una orquesta que iba a tocar ahí y, como no llegaban los músicos, Epaminondas, tomando uno de los violines, instó al resto de señoritas a tomar los demás instrumentos y, en plan de juego, dijo: ya que los hombres tardan, constituyamos la orquesta de mujeres.
Al principio todo pareció una broma, pero luego se preguntaron: ¿No podemos nosotras las mujeres tocar los instrumentos que ejecutan los hombres?
Inmediatamente las demás la apoyaron, especialmente Caridad Soler y Teresa Boggio, profesora de piano. Porque en esa época, las mujeres se limitaban musicalmente a cantar y a tocar piano.
Con la idea más formal en sus mentes, acudieron al maestro José Rius, director del coro de la Iglesia Matriz (hoy Catedral de Valencia) y en poco tiempo, bajo su dirección, instalaron la sociedad musical “El Bello Sexo Artístico” y su presidenta fue Isabel González Guinán. De esta manera, le fueron entregados a más de veinte nuevas ejecutantes, los instrumentos necesarios para conformar una orquesta: cuatro contrabajos, tres violoncellos, cuatro violas de amor, ocho primeros violines, cinco segundos violines, varios instrumentos de viento madera y varios de viento metal.
Las señoritas que comenzaron a asistir a las clases de música y conformaron la orquesta fueron las hermanas Burgos García, Silvia, Tereza y Virginia; Teresa Boggio, Felicia Celis Silva, Ana Luisa Codecido, Trinidad Freytes, Juana García Betancourt, las hermanas González Guinán, Henriqueta, Isabel y Luisa Antonia, Socorro Lizardo, las hermanas López Pulicani, Elena, María, Josefina y Epaminondas, cuyo cello perteneció al General José Antonio Páez; María Isabel Pérez Mujica, Esperanza Salom y Caridad Soler.
Pero llegó la Revolución Legalista e hizo estragos en Venezuela, y Valencia no se salvó. Fueron ocho meses de guerra y de pérdidas cuantiosas, que hicieron de 1892, un año terrible, pero las chicas volvieron a reunirse y en 1893, a pesar de que hasta perdieron algunos instrumentos, y algunas renunciaron a continuar, realizaron un concierto en la nave central de la Iglesia Matriz, de una obra en re menor del maestro José Rius.
Por semanas en Valencia sólo se hablaba del fabuloso estreno del concierto de El Bello Sexo Artístico.
La segunda gran presentación fue a beneficio de la Santa Capilla o tercera nave de la Iglesia Matriz y para ese momento, las instrumentistas fueron las mismas muchachas que adornan con una fotografía del Señor Rey, el número del Cojo Ilustrado del que hablamos al principio, dieciséis en total.
Es admirable cómo en tan solo dos años y con una guerra en el medio, estas jóvenes artistas pudieron lograr su cometido y a la hoy Catedral Basílica de Nuestra Señora del Socorro, se le pudo culminar una de sus Capillas laterales.
Sabemos de la existencia de otras orquestas integradas por mujeres, siendo la más antigua, la Orquesta Sinfónica Femenina de México dirigida por Ángel Ferreiro, pero es de 1918. Uno de los mayores méritos de El Bello Sexo Artístico, se puede afirmar en presente, es que es la primera orquesta de mujeres, no solo de Venezuela, sino de América Latina.
Valga este artículo como pequeño homenaje a la mujer valenciana en el Día de la mujer.
Anamaría Correa
anamariacorrea@gmail.com
