Ya han pasado dos años desde la desaparición de Miguel Ángel Roldan. Desde entonces, todo en la familia cambió. Han sido 730 días de angustia, incertidumbre, un sinfín de preguntas y hasta una lucha con extorsionadores. La pandemia complicó la búsqueda, que oficialmente se paralizó después de un tiempo, cuando parecía que «se lo había tragado la tierra».
La familia Roldan siempre cuidaba a Miguel Ángel por su Alzheimer, con la llegada de la pandemia intentaba protegerlo aún más por temor a que se contagiara con la COVID-19 y él se sentía como un prisionero en su propio hogar. La ansiedad por salir a caminar creció exponencialmente y, quizás, esa sería la razón por la que el abuelo, quien para ese momento tenía 70 años de edad, salió de su casa en el municipio San Diego sin rumbo, hasta hoy.
El 27 de junio de 2020 comisiones de la Policía Municipal de San Diego, Bomberos, cuerpos de rescate y sociedad civil se unieron a la búsqueda del señor. Formaron grupos, unieron esfuerzos, pegaron carteles con su foto por todo el municipio, fueron a hospitales y a la morgue. Así pasaron días, meses, aunque cada vez iba disminuyendo la ayuda. Pero todo fue en vano.
La búsqueda se extendió. incluso, hacia los Andes venezolanos debido a sus raíces en esas tierras. La familia Roldan tenía la esperanza de que Miguel Ángel hubiese tomado ese rumbo en un intento de sentirse libre, pero tampoco fue localizado.
Su hija Angelesmary Roldan cree que sigue con vida, tal vez en un lugar donde habría encontrado la libertad que buscaba. Donde sea que esté, le pide a Dios que esté bien. Mientras tanto, continúa poniendo a disposición el número 0424-4160130, los de la Policía de San Diego 02418716664 / 02418717682 y el 911, para quienes tengan alguna información sobre su paradero.
