La freidora eléctrica, un aire acondicionado y una nevera. Ese es el inventario de aparatos que se le han dañado a Magaly Peñalosa en su restaurante, durante el último mes. Ella contabiliza en promedio entre cuatro y cinco interrupciones en el servicio eléctrico a la semana si tiene suerte, porque hay días en los que padece hasta tres apagones.
Su negocio, ubicado en el municipio Naguanagua de Carabobo, tiene apenas un año abierto y entre tatas inversiones no previstas en reparación o sustitución de equipos fundamentales, no ha podido generar rentabilidad.
Esta crisis es consecuencia de que, en la entidad, no se genera nada de los casi cuatro mil megavatios por hora (mw/h) de capacidad instalada termoeléctrica que existe entre varias plantas.
“Las grandes termoeléctricas deberían abastecer el sistema eléctrico nacional. El problema es que se descuidó esa generación y, de 16 mw/h en todo el país, solo se está generando 10%”, expuso el presidente de la Federación Eléctrica de Venezuela, Ángel Navas.
Los datos del coordinador de la comisión eléctrica del Centro de Ingenieros de Carabobo, Isnaldo Jiménez, tampoco son alentadores. “En este instante posible apenas se genere 80 mw/h en la planta Pedro Camejo, que representa el 2% de la capacidad instalada en Carabobo de tres mil 750 mw/h.
Planta Centro, la termoeléctrica más grande de la entidad con una capacidad de dos mil 600 mw/h, podría satisfacer la demanda de los carabobeños que es de alrededor de 850 mw/h pero, según la información de Jiménez, está en generación cero desde el último trimestre de 2022.
Navas aseguró que se ha tratado de arrancar la Unidad 5 de ese complejo ubicado en el municipio Juan José Mora, pero no se ha logrado por falta de inversión.
Un problema que afecta a todos
Al restaurante de Magaly va con frecuencia una pareja que depende económicamente de los ingresos que recibe por sus trabajos online y, al menos una vez a la semana llega con sus computadoras portátiles para culminar su jornada laboral que no pueden terminar en casa cuando tienen un apagón.
Para ellos no es fácil porque esa movilización implica, además de mucha carga de estrés, gastos en gasolina y lo que deben consumir en el local por estar ahí en las tres o cuatro horas que ellos están sin electricidad.
La diezmada generación que soporta el servicio de las diferentes entidades federales del país provoca que se transfiera la responsabilidad del suministro global al complejo Simón Bolívar – Guri, que debe emplearse a fondo para suplir la demanda de energía nacional. «En los actuales momentos, este centro de generación hidráulica presenta dificultades porque la cantidad de máquinas operativas no son suficientes, situación que dificulta la idónea prestación del servicio a todo el territorio nacional”, señaló el ingeniero Jiménez.
Esta es una alarma, con énfasis en Carabobo y el área metropolitana de Caracas, Miranda y Vargas, que preocupa al ingeniero Jiménez, y que Lorenzo Lugo corroboró al visitar a su madre este fin de semana en la capital del país y tener que subir 16 pisos porque los ascensores del edificio se dañaron como consecuencia de las fluctuaciones eléctricas.
El presidente de la Federación Eléctrica de Venezuela detalló que, aunque desde Guri se genere al máximo de su capacidad, las líneas de transmisión, que son el transporte de esa energía, solo puede llevar siete mil 500 mw/h, desde el oriente hacia los estados centrales, andinos y el Zulia.
“Guri puede generar en función de la demanda, pero no puede transmitir lo que se requiere para abastecer el consumo de 12 mil mw/h del país. Lo que se debe hacer es construir una nueva línea de transmisión, eso se tuvo que hacer hace muchos años, nosotros en 2013 llegamos a tener un consumo nacional de 18 mil mw/h, ahorita con apenas 12 mil, estamos otra vez en situación de racionamiento”.
¿Racionamientos o apagones?
Ante todo este drama, desde Corpoelec están implementando un proceso de balance energético que permita mejorar la situación de déficit de generación.
“En los actuales momentos podemos denominar este evento fortuito como control de carga, racionamiento y/o interrupciones forzadas por falla de elementos en la infraestructura del sistema interconectado nacional, que frecuentemente notamos con subidas y bajadas de tensión en el voltaje del suministro que se traduce en fallas imprevistas”, describió el coordinador de la comisión eléctrica del Centro de Ingenieros de Carabobo, Isnaldo Jiménez.
Navas coincide. Detalló que, cuando no está lloviendo y se presentan fallas por problemas del sistema y falta de mantenimiento, se procede a aplicar racionamiento.
“Esto ocurre, sobre todo, en las horas picos, y se hace para poder mantener los valores del sistema, se sacan bloques de carga, sobre todo a las 7:00 p.m. o al mediodía que es cuando hay más consumo”.
Esto quiere decir que se requiere suspender el servicio por algunas horas en diferentes sectores, porque la generación y distribución de la energía de la hidroeléctrica Simón Bolívar, no alcanza para abastecer la demanda de todo un país, que tiene sus termoeléctricas a muy baja capacidad.
Navas resaltó que, en Venezuela, más del 80% del consumo es residencial, “y cuando llega gente a sus casas, prende aires acondicionados, sobre todo en estas tardes de mucho calor, ha provocado que haya aumento en el consumo”.
Además de los racionamientos, las fallas eléctricas afectan más a algunas regiones al estar más alejadas del sistema y de los centros de generación, que en este caso es el hidroeléctrico ubicado en el estado Bolívar, por lo que las caídas de tensiones y problemas en el transporte de energía agudizan la situación.
Problemas y soluciones
Como una palanca del desarrollo del país definió el sindicalista al sector eléctrico, por lo que le resulta muy grave la forma cómo se está gerenciando. “Las fallas que queman equipos residenciales y de la industria, causan mucho daño a la economía”.
Dijo que Corpoelec es una empresa que trabaja sin presupuesto operativo, “no gasta dinero para cauchos o baterías, porque obligan a los trabajadores a pedir colaboración, incluso para comprar repuestos para reparar las líneas, y ese es un presupuesto que debe tener la empresa, ya que ha aumentado la tarifa y ha tenido un mejor ingreso económico”.
Navas aseguró que se han entregado factibilidades de servicio en zonas donde no hay energía, “no hay medición ni contraloría, exigimos una investigación de la administración de la industria eléctrica porque, por ejemplo, en Carabobo el consumo se ha aumentado, era de cerca de 400 mw/h y estamos por 700… nos parece sospechoso y pedimos que haya una investigación a fondo… La energía, al no ser medida, ha servido como negocio”.
Ante tantos problemas que afectan a personas como Magaly Peñalosa y las pérdidas que ha tenido en su negocio, a sus clientes que deben esta preparados para trabajar en cualquier lugar y a todos quienes no saben en qué momento se quedarán sin electricidad, desde el Centro de Ingenieros de Carabobo proponen al ejecutivo regional, la incorporación, por gestión rápida y eficaz, de generación local para mitigar posibles interrupciones en el estado Carabobo y mejorar la calidad del servicio que hoy se siente debilitado.
“Proponemos que en la planta Termocentro, culminada y probada en 2014, se ejecute un mantenimiento preventivo a los equipos, incluyendo el sistema de combustible, e incorporar a la red de 676 mw/h instalados… Segundo, en Planta Centro existe posibilidad de incorporar la máquina 5, de capacidad instalada de 400 mw/h, para que suministre a la red 250 mw/h estable, y en la planta Pedro Camejo, los 300 mw/h instalados, previo a mantenimiento correctivo y adecuación del sistema de combustible, todo esto para mejorar el servicio del sistema en el centro del país”.
