La urbanización El Tulipán de San Diego se convirtió en icono de la lucha en Carabobo. Desde que iniciaron las protestas contra el Gobierno de Maduro, hace ya 113 días, el ensañamiento por parte de los cuerpos de seguridad contra sus habitantes ha sido evidente. Ayer no fue la excepción. Nuevamente fueron blanco de represión.

La primera detonación se escuchó a las 11:57 a.m del jueves 20 de julio. Fue una bomba lacrimógena disparada hacia El Tulipán desde el distribuidor de San Diego, donde un grupo numeroso de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y efectivos de la Guardia Nacional (GN) estaba instalado. Lo siguiente fue un enfrentamiento que se extendió por alrededor de dos horas.

El ataque fue desproporcionado. Gas tóxico, perdigones, tres patrullas, una unidad de traslado, un drone que sobrevolaba la zona y varias unidades motorizadas, contra escudos y cascos rudimentarios, únicos mecanismos de defensa de los al menos 80 jóvenes pertenecientes a la denominada Resistencia. La avanzada de los uniformados dio paso a otros atropellos: detenciones arbitrarias y allanamientos ilegales.

Fernanda González lo vivió. Ella ha participado en todas las convocatorias hechas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), incluso en la de este jueves 20 de julio. Desde de su apartamento, en la parcela 15 de El Tulipán, decidió acatar el llamado a paro cívico nacional. Se encontraba limpiando cuando, «de un momento a otro», la represión tocó a su puerta.

Era la 1:00 p.m. y una comisión mixta del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y la GNB procedió a allanar los apartamentos de las parcelas 14, 15, 16 y 17. Entre esos estaba el de Fernanda.

-¿Con quién vive usted?

-Vivo sola.

-Abra la puerta.

El miedo y la angustia la llevaron a abrir la puerta, a pesar de que sabía muy bien que sin una orden judicial, no podían ingresar a su propiedad. Eran aproximadamente ocho funcionarios del Cicpc: Siete hombres y una mujer, detalló. «Ella entró y el resto se quedó en la puerta. Revisó en los cuartos que debajo de las camas no hubiese nadie y salió».

Gracias a Dios no me hicieron ningún daño físico, mi verdadero problema comenzó después de que se fueron, aseveró visiblemente afectada y todavía muy nerviosa. «Estoy aterrada. He tomado desde manzanilla hasta valeriana. Llegaron para sembrar zozobra». Los cuerpos de seguridad nunca habían arremetido contra la parcela 15. La mira siempre había estado fijada en las 10, 11 y 12. Hasta ese jueves.

Fueron varios los habitantes afectados. A los que corrieron con suerte, como Fernanda González, únicamente los allanaron. Otros, como Nelson García de la parcela 14, fueron detenidos y trasladados al comando del Cicpc en Plaza de Toros. «A él le dieron durísimo. No fue que se arrodilló para entregarse, lo tumbaron de un golpe. Lo peor es que ni siquiera había salido al trancazo», denunció Sonia Pérez, una vecina.

¡Suéltalo! ¡suéltalo!, gritaban los vecinos de García cuando al menos cinco funcionarios se le fueron encima para golpearlo y montarlo en la unidad de traslado. Nadie entendía el ensañamiento. Tampoco el porqué de su detención. Simplemente estaba en su apartamento con sus hijos.

A René Zabala no le hicieron daño, pero los uniformados se llevaron su moto sin razón aparente. Solo estaba estacionada frente a la parcela 15. Según detalló, fueron los vecinos quienes le alertaron sobre la situación. «La patearon hasta partirle el seguro».

El operativo de las fuerzas represivas en El Tulipán dejó un saldo de, al menos, 15 detenidos y más de 20 heridos por impacto de perdigón y bombas lacrimógenas. Pese a la arremetida, no estaban dispuestos a rendirse. Los sandieganos terminaron el paro y trancazo a la hora pautada: las 6:00 a.m. de este viernes.




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